“Querer fijar reflejos
fugaces no sólo es una imposibilidad, tal como ya han demostrado experiencias muy
serias realizadas en Alemania, sino que ese querer linda con el sacrilegio. Dios
creó al hombre a su imagen y ninguna máquina humana puede fijar la imagen de Dios;
debería traicionar de golpe sus propios principios eternos para permitir que un
francés, en París, lanzara al mundo invención tan diabólica.”
Leipziguer Anzeiger 1839
Leipziguer Anzeiger 1839
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